Uno de los grandes misterios de la naturaleza humana es la demanda ancestral de confiar en una fuerza sobrenatural que venga en nuestro auxilio, que vigile nuestra conducta, que sea capaz de premiarnos por nuestro buen comportamiento, o castigarnos por nuestras faltas y que al final de nuestra vida nos premie con la felicidad eterna si es que nos hemos hecho acreedores a ello. Todas las culturas tienen su teogonía. Algunas ya no son vigentes y casi han pasado al olvido, como ha ocurrido con los sumerios, los egipcios, los griegos, sólo por mencionar algunas. Nuestra cultura náhuatl es valiosísima en estos aspectos sobrenaturales. La creación del mundo, la existencia de distintos soles que fueron dominando el desarrollo a través de los siglos.
2005-06-09 | 1,457 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 73 Núm.3. Marzo 2005 Pags. 151-154 Ginecol Obstet Méx 2005; 73(3)