Fragmento

En 1993, la World Summit on Medical Education señalaba la conveniencia de que las instituciones docentes definiesen sus misiones institucionales y los objetivos de aprendizaje de sus estudiantes, y afirmaba que la mayoría de las facultades de medicina no lo habían hecho. En nuestro país, pocas facultades han fijado de forma explícita estos objetivos y aun menos han definido de forma concreta las competencias mínimas de salida de sus estudiantes, a pesar de que el proceso de reforma de los planes de estudios que se inició en el año 1990 constituía una inmejorable ocasión para hacerlo. Los casos, nuestras facultades se han limitado a realizar declaraciones poco concretas y de utilidad dudosa, tanto para los estudiantes como para los profesores. En el caso de los primeros, ha de servirles de guía, para que sepan qué se espera de ellos y qué aprendizaje les garantiza la facultad. En el caso de los segundos, para delimitar su actividad docente y para establecer criterios evaluadores del cumplimiento de dichos objetivos.

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2005-06-14   |   1,297 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.5. Julio-Diciembre 2004 Pags. 21 Rev Sig Vit 2004; 2(5)