In memoriam. Académico Emérito y Doctor Horacio Martínez Romero

Autor: López Bermúdez Antonio

Fragmento

Horacio Martínez Romero, el hombre cabal, el médico humanista, el poeta soñador, el Académico Emérito, el padre amoroso, el hijo respetuoso y el esposo amante, sabía que la vida tiene un amanecer. El suyo fue el 18 de septiembre de 1918, un sol esplendoroso para un atardecer con un ocaso maravilloso que disfrutó a plenitud en Holbox —con sus milenarias cacerolitas de mar—, acompañado por hermosos flamingos y una noche eterna con una estela de recuerdos que dejó una vida de gran responsabilidad. Hacho: Recordemos nuestra pelea del invierno de 1936 cuando nos conocimos en la ventanilla de doña Tina Rico, donde nos disputamos entrar primero a la Escuela Nacional Preparatoria, nuestro frente común contra las huestes de Paco Higuera y el Pistolo Torres, capitaneadas por el inefable Negro Moreno Islas, que más tarde serían nuestros grandes amigos. Y los versos y los “gallos” a media docena de hermosas compañeras, que siempre terminaban al amanecer en los caldos de “indianilla”. ¿Te acuerdas de los viajes a Chilpancingo, fin de un camino de lodo y terracería que venía de Mezcala y México para llegar a Acapulco, a donde arribábamos en el “muelle de oro” —un arrogante Buick 32 negro de mi general Martínez Guevara, tu padre— para llegar y seguir cantando a las más hermosas guerrerenses, en las noches aterciopeladas y bajo miles de estrellas?

Palabras clave:

2005-07-04   |   910 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 73 Núm.1. Enero-Febrero 2005 Pags. 75-76 Cir Ciruj 2005; 73(1)