A los doscientos años de la publicación en español del tratado histórico y práctico de la vacuna, de J. L. Moreau de la Sarth

Autor: Neri Vela Rolando Hugo

Resumen

La viruela, una enfermedad sumamente contagiosa, y cuyo agente infectante fue descubierto por Enrique Parchen (1860-1936) en 1906, es un padecimiento conocido desde la antigüedad, pues desde mucho tiempo antes de la Era Cristiana reinaba ya en la China y en la India. En el Antigüo Egipto, la cabeza momificada de Ramsés V (hacia 1,160 a. de J.C.) presenta cicatrices debidas probablemente a la viruela. Es posible que Galeno (130-200) describiese este mal, y al parecer, Marco Aurelio haya muerto debido a ella, pues se supone que la “peste de Antonino” que se presentó entre los años 161 a 180 fue una epidemia de viruela. El primer diagnóstico diferencial entre sarampión y viruela se debió a Mohamed-Abu Bekr-ibn-Zacariya, más conocido como Rhazes o Razi (865-925), quien refirió que “fiebre, dolor de espalda, prurito nasal, pesadez de miembros, enrojecimiento de los ojos, afonía y tos preceden al exantema variólico”. Hacia el año 980 se construyeron en el Japón casas para aislar a los afectados por este mal. Más tarde, la viruela penetró en Europa central gracias a las Cruzadas. En la Europa medieval las epidemias eran consideradas como un azote irremediable, como un castigo divino por haber llevado una vida pecaminosa. Según esta concepción cualquier medida terapéutica estaría condenada al fracaso.

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2005-07-05   |   845 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 8 Núm.4. Octubre-Diciembre 2004 Pags. 23-26 Bol Acad Mex Ciruj 2004; 8(4)