Autores: Carrada Bravo Teodoro, Escamilla Martínez Jesús Ricar
La fasciolosis de los rumiantes tiene distribución mundial, pero Fasciola ha demostrado ser un patógeno humano importante en el altiplano de Bolivia y en las planicies andinas del Perú y Ecuador, lo mismo que en Chile, Argentina, Cuba, México, Francia y Portugal. Es también hiperendémica en el Delta del Río Nilo en Egipto y en el norte de Irán. El contagio ocurre por ingestión de vegetales frescos y crudos en los que se han enquistado las metacercarias del parásito. Las manifestaciones clínicas generalmente aparecen entre las tres y seis semanas de la infección, caracterizadas por fiebre, dolor abdominal y eosinofilia. La búsqueda parasitológica de los huevos operculados en las heces ha resultado negativa en la fase temprana de la infección; por eso, los métodos serológicos son necesarios para diagnosticar la enfermedad. El serodiagnóstico es particularmente útil en la investigación epidemiológica, para mapear las infecciones humanas y de los animales. La prueba de ELISA y la inmunotransferencia de manchas, preparadas con antígenos de excreción-secreción de Fasciola hepatica, se hacen positivas a las dos semanas de la infección. Se ha podido aislar un corproantígeno estable de 26 a 29 kDa; los anticuerpos monoclonales contra tal antígeno sirven para demostrarlo en las heces. El nuevo armamentario diagnóstico puede aplicarse en la prevención y control de la fasciolosis. El triclabendazol es fármaco fasciolicida de elección, seguro y potente.
Palabras clave: Fasciola hepatica patogenia epidemiología diagnóstico tratamiento.
2005-07-13 | 2,201 visitas | 4 valoraciones
Vol. 52 Núm.2. Abril-Junio 2005 Pags. 83-96 Rev Mex Patol Clin 2005; 52(2)