Autor: Zárate Méndez Antonio
Cuando, a finales de los setentas terminaba mi residencia médica, en las sesiones bibliográficas de los viernes, aquel Jefe de Enseñanza de mis recuerdos, nos decía: escriban o perecerán. Estas palabras son, en el recuerdo, una gran verdad. El médico, en su momento, es el protagonista de una historia feliz o de una triste historia. Con sus conocimientos, el médico, puede retornar la esperanza de vida a un desahuciado y hacerlo vivir, aunque su destino sea fatal. Quienes estamos en el centro de una fuente inagotable de enseñanza, como es un hospital y día a día vivimos aprendiendo ¿por qué no enseñar escribiendo?.
Palabras clave: Cuando a finales de los setentas terminaba mi residencia médica en las sesiones bibliográficas de los viernes aquel Jefe de Enseñanza de mis recuerdos nos decía: escriban o perecerán.
2005-08-26 | 1,755 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.2. Mayo-Agosto 2003 Pags. 4 Rev Esp Med Quir 2003; 8(2)