Heurística, incertidumbre y probabilidad

Autor: Cuestas Eduardo J

Fragmento

Con frecuencia, los médicos están convencidos de que la medicina realmente se aprende en los grandes hospitales, colmados de pacientes aquejados de raras y graves enfermedades. Y tanto es así, que muy a menudo prefieren formarse en los grandes centros, donde suponen que encontrarán el material más adecuado para aprender: grandes maestros, grandes colegas, super-especialistas, muchos pacientes con patologías difíciles, y los medios técnicos para realizar diagnósticos y tratamientos complejos, caros y complicados. Ojalá fuera así, y que en tres o cuatro años de entrenamiento en la residencia de un hospital modelo de rarezas, uno saliera sabiendo medicina a borbotones. Pero como todo sueño, no es más que una fantasía, un juego de omnipotencia inocente; y al pasar los años, quizá unos diez, recién se comienzan a ver y a entender los límites, las falencias, y las carencias personales y grupales, la cara fea del mundo y no el ideal que tenemos de él. En ese momento se principia a valorar lo que importa en realidad: haber aprendido a manejar las herramientas que nos ayudan a ayudar al sufriente, a diagnosticar enfermedades, a manejar pacientes y a veces a curar enfermos con dolencias que no hemos visto nunca antes; pues en el fondo la medicina es una ciencia, y la experiencia colectiva acumulada e histórica, gestada por la investigación y plasmada en evidencia se suma a nuestra limitada y falible experiencia individual de una manera que intentaré explicar de la forma más simple posible.

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2005-09-02   |   2,515 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 23 Núm.1. Enero-Marzo 2005 Pags. 37-38 Exp Médica 2005; 23(1)