Autoridades, Dr. Tomás Caeiro, Dr. Sergio Metrebián, Dr. Ricardo Pieckenstainer, egresados, señores, señoras: En primer lugar, quiero manifestarles que es un privilegio para mí, como educador, poder dirigirles la palabra a los egresados de esta institución de enorme prestigio y ejemplo para Córdoba. Debo advertirles que no soy médico y que por lo tanto no me dirigiré a ustedes desde el ejercicio de la profesión, sino desde la visión que de la misma tengo como ciudadano y universitario. Les ruego sepan tomar mis apreciaciones con humildad, en ese contexto. Seré breve y lo dedicaré esencialmente a los egresados. Saludo con profundo respeto a ustedes, egresados, que tuvieron que poner durante varios años un gran esfuerzo y dedicación para llegar a la meta aprendiendo en esta institución, tanto valores científicos, como valores éticos y humanos. El estudio de la ciencia médica nos acerca a Dios. Suena inimaginable hasta para los más acérrimos evolucionistas el diseño azaroso de una maquinaria biológica tan compleja y perfecta como el cuerpo humano.
2005-12-03 | 8,648 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 23 Núm.2. Abril-Junio 2005 Pags. 88 Exp Médica 2005; 23(2)