La mayor expectativa de vida, uno de los principales logros sociales del siglo XX, tuvo una gran repercusión en la mujer lo que significó, entre otros aspectos, la preparación necesaria para brindarle atención médica a una población envejecida. El cese de la función reproductiva en la mujer ocurre entre los 47 y los 52 años de edad, y su esperanza de vida entre los 75 y 80, lo que significa que casi un tercio de su vida transcurre en etapa de posmenopausia, época en que el patrón de morbilidad y mortalidad femenina cambia, mientras enfermedades tales como la aterosclerosis, la osteoporosis, el Alzheimer, las neoplasias malignas y las artropatías originan mortalidad temprana y discapacidad. Dado que el hipoestrogenismo constituye el aspecto biológico más importante de la posmenopausia y se dispone desde hace más de 70 años de fármacos con acción estrogénica, lógicamente se emplearon los estrógenos para revertir los cambios del déficit estrogénico en los órganos diana.
2005-12-07 | 830 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 16 Núm.2. Mayo-Agosto 2005 Pags. Rev Cubana Endocrinol 2005; 16(2)