Autor: Garrido Cisneros Hernán
Cuando miramos hacia atrás, evocando la figura se era de los fundadores de SOLCA, es necesario remarcar la existencia fructífera de estos grandes hombres: visionarios del mañana, apóstoles del trabajo, ejemplos de la dedicación, arquetipos de la perseverancia, obreros desinteresados del servicio. Ayer ya vislumbraron la epidemiología de hoy, y ellos con premura plasmaron nuestra querida Institución, para ser lo que hoy es: Altar de oración de nuestros médicos, enfermeras, trabajadores sociales, empleados administrativos y directivos. Dulce remanso de paz, alivio del dolor al afligido, esperanza de amor para el enfermo corroído. Para ser más, para ser mejores, SOLCA en los albores del tercer milenio, se embarca en una tarea de titanes, en un País, donde cada provincia es casi otro estado, donde cada Hospital es casi una nación diferente. Todo con el ánimo de aglutinar bajo un solo esfuerzo, la gran tarea de diagnosticar, tratar, prevenir y rehabilitar el paciente con cáncer. La estandarización, la unificación de protocolos, las actividades de servicio, la labor académica, las publicaciones científicas, etcétera, van a tener el aporte valioso de los integrantes de los diferentes componentes de SOLCA, en todo el País. El gran beneficiario de toda esta magna actividad, ser sin lugar a dudas el paciente que busca el alivio a su mal y el consuelo a su dolor. Esta es la mejor forma de participar en la construcción del nuevo País, con Instituciones sólidas, comprometidas con un servicio de excelencia, de entrega, de servicio bajo par metros de alcance nacional, al ritmo de la ciencia de nuestros días. Así construimos el País de nuestros sueños.
2006-02-03 | 1,170 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 15 Núm.3. Diciembre 2005 Pags. 126 Oncología 2005; 15(3-4)