Fragmento

Introducción En 1921, Gruner inició la traducción formal del Canon de Avicena en el que encontró aforismos referentes a las descripciones primarias de la tuberculosis ganglionar y pulmonar. Algunos de los recuentos históricos de Arnaldo de Vilanova describen las lujuriosas travesías del príncipe de los médicos, escritas en los papeles emborronados del Medio Oriente. En ellos, mencionó el hallazgo habitual de pacientes con tumores cervicales contagiosos que se presentaban con tos, fiebre, debilidad y sudoración, atribuidos a cambios en el clima, baños y a contactos humanos inadecuados. Parece posible que Avicena, entregado al vino y a las mujeres, pensara en la estructura biológica actual de las infecciones y, por algún motivo que desconoce la ciencia y la cordura, especulara, entonces, sobre la probabilidad de curarlas con música. Después de esta breve introducción, se presenta y analiza el caso número 126 del Instituto Nacional de Radium, correspondiente a una joven paciente con el diagnóstico de “linfademia aleucémica crónica”, compatible histológicamente con una posible tuberculosis ganglionar. Algunos de los hallazgos particulares de este caso tienen que ver con la terapéutica instaurada, consistente en irradiaciones sobre cuatro campos cervicales, y con los hallazgos patológicos y las conclusiones obtenidas a partir de la necropsia, realizada después de la muerte por un cuadro sugestivo de obstrucción pilórica y sepsis.

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2006-02-07   |   2,260 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 9 Núm.3. Julio-Septiembre 2005 Pags. 130-135 Rev Col Cancerol 2005; 9(3)