Fragmento

Generalmente, los profesionales de la salud suelen ser idealistas al inicio de su carrera. Con el entusiasmo de cambiar al mundo comienzan a enfrentarse a realidades en las cuales no se habían puesto a meditar anteriormente y para las que tampoco están capacitados. Las agotadoras jornadas laborales, que llegan a ser sumamente pesadas, hacen que el médico sacrifique otras actividades, descuidando en ocasiones su vida social y personal. Por otro lado, están los salarios, que resultan insuficientes para la gran responsabilidad y el alto costo que su entrenamiento ha significado, sin que haya posibilidades de un ascenso inmediato o de un aumento salarial. Pero esto no es lo más agotador, sino el hecho de tener que enfrentarse continuamente al dolor y los sufrimientos humanos, de dar diagnósticos y pronósticos negativos y de afrontar la muerte de algunos de sus pacientes junto al impacto de tener que informarlo a la familia. Esto llega a convertirse en una carga demasiado estresante que termina por quemar emocionalmente al médico, ocasionándole un desgaste crónico conocido como el síndrome del Burn Out o agotamiento profesional.

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2006-02-28   |   1,310 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 4 Núm.3. Enero 2006 Pags. 15-17 Dol Clin Ter 2006; IV(3)