Hormonas gastrointestinales e ingesta alimenticia

Autores: Strader April D, Woods Stephen C

Fragmento

A pesar de las espectaculares fluctuaciones en la ingesta calórica, los animales mantienen un peso corporal muy estable. La razón es que la ingesta y el gasto energéticos guardan un equilibrio preciso. La regulación a largo plazo del balance energético depende de la coordinación e interpretación de señales como las que envían insulina y leptina para indicar la presencia de reservas energéticas a largo plazo, así como de señales de corto plazo, relacionadas con las comidas, como las generadas por colecistoquinina (CCK). En los últimos 30 años nuestro conocimiento de las señales de corto plazo ha aumentado en forma dramática. A lo largo del eje cefalocaudal del sistema gastrointestinal, diferentes células enteroendocrinas responden a la estimulación tanto mecánica como química. La liberación de hormonas asociadas con las comidas depende de la concentración y composición de los nutrientes ingeridos. Las señales enviadas se transmiten neuralmente a través de haces aferentes del vago o por vía humoral en forma de ligandos circulantes para receptores específicos en el sistema nervioso periférico y central. Estas señales son interpretadas por el SNC y se manifiestan por modificaciones conductuales de la alimentación. Esta revisión presenta un análisis de la literatura pasada y actual que sustenta la participación de las hormonas intestinales y sus funciones como mediadores de la saciedad. Se presentan evidencias de estudios farmacológicos y fisiológicos tanto en humanos como en roedores, junto con una breve sección que describe el conocimiento adquirido a partir del empleo de modelos murinos con ablación genética selectiva o knockout. Por último, se revisará la contribución de las hormonas de la saciedad como probables mediadores de la efectividad observada después de la cirugía de la obesidad. Aun cuando tradicionalmente se les ha considerado como señales de corto plazo relacionadas con las comidas, la secreción hormonal aumentada, crónica, y la señalización resultante de la reconstrucción intestinal, como se observa en la cirugía de derivación gástrica, muy probablemente contribuyen a la mayor eficacia de la cirugía en el tratamiento de la obesidad.

Palabras clave:

2006-03-03   |   3,851 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 70 Núm.4. Octubre-Diciembre 2005 Pags. 439-457 Rev Gastroenterol Mex 2005; 70(4)