Autores: Ortiz Zulma, García Marcelo
Introducción En los últimos 50 años, una fuerte corriente de pensamiento positivista se ha trasladado desde el ámbito del debate filosófico de la investigación al campo de las prácticas cotidianas. Como suele ocurrir con estas generalizaciones, los enunciados se reducen a tal punto que se pierde el verdadero sentido con el que fueron generados, para terminar en conceptos que se repiten sin analizar críticamente su procedencia y mucho menos su grado de aplicabilidad en contextos diferentes. La medicina basada en evidencia (MBE) es un ejemplo de esto. Sackett definió a la misma como el uso conciente, explicito y juicioso de la mejor evidencia científica clínica disponible para tomar decisiones sobre el cuidado de pacientes individuales. Más tarde surgió el concepto de salud pública basada en evidencia, no muy diferente a la anterior, pero con foco sobre la salud de la población más que en el paciente individual.
2006-03-15 | 1,318 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 9 Núm.2. Abril-Junio 2005 Pags. 44-50 Rev Col Cancerol 2005; 9(2)