Autor: Narro Robles José
Las páginas de este número de nuestra revista se engalanan con un artículo escrito por el doctor Ramón de la Fuente que ha intitulado “La enseñanza de la psicología médica en la Facultad de Medicina”. Por el significado que tiene, por la historia que existe detrás de esta aventura y por la importancia del tema de cara al futuro, me propongo hacer algunas consideraciones al respecto. Principio con el contenido y los hechos y después con algunas opiniones sobre el autor. En el artículo del doctor de la Fuente se refieren el origen y el desarrollo de la enseñanza de la psicología médica en nuestra Facultad. Hoy nos resulta claro que existen múltiples aspectos de la esfera psicológica que están relacionados con la enfermedad, con su génesis y evolución. También resulta evidente que dichos factores están relacionados con la decisión del enfermo de buscar ayuda profesional; con el apego que se alcance al régimen terapéutico recomendado por el médico; y, por supuesto, con el resultado final de un episodio de enfermedad. Todo esto sin embargo, no era tan obvio seis décadas atrás. El planteamiento que el doctor Ramón de la Fuente encabezó en los años cincuenta de la última centuria, permitió el desarrollo de una disciplina y la enseñanza de sus contenidos en la licenciatura de médico cirujano. También trajo como consecuencia la actualización de la relación médico-paciente y permitió que nuevamente se valorara a esta última como una poderosa e insustituible herramienta terapéutica. El valor de la contribución de de la Fuente y de quienes en esa época se incorporaron a alcanzar el objetivo, no ha sido considerado en toda su magnitud. Uno podría preguntarse ¿qué hubiera pasado sin esa formación en el currículo del médico? Sin duda habría diferencias importantes en la práctica profesional y las mismas no serían para nada favorables. La incorporación de la materia hace cincuenta años influyó de forma sobresaliente en los procesos de formación de recursos humanos para la salud, en la práctica médica y en la propia organización de los servicios de salud. Todo ello, además, repercutió positivamente en la salud de nuestra población.
2006-05-26 | 671 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 49 Núm.2. Marzo-Abril 2006 Pags. 49-50 Rev Fac Med UNAM 2006; 49(2)