Las proporciones divinas

Autor: Blanco Dávila Feliciano

Fragmento

Introducción El estudio de la belleza humana se ha dado en todas las culturas a través de la historia, como lo demuestran documentos egipcios, griegos y romanos. La manifestación de lo bello a través del arte, como en la pintura, la escultura y la arquitectura universales han marcado el gusto por determinadas tendencias en la apariencia física. Sin embargo, el concepto de la belleza no se ha descrito adecuadamente en forma objetiva. Para el médico que está en contacto con pacientes que solicitan corregir algún defecto o mejorar y embellecer algún rasgo de su fisonomía, es común desarrollar conceptos apreciativos de la belleza basados en conocimientos teóricos y en su propia conceptualización. Estos conceptos de belleza ideal y de normalidad se basan en el análisis de la observación del equilibrio, de la armonía del cuerpo y del rostro; de esta forma es posible distinguir lo estético y lo que no lo es. Aun así sigue siendo una impresión de la mente motivada por su propia percepción, la de la población, la de la cultura, la de los medios de comunicación o de la época en que se vive; por lo tanto sigue siendo un concepto subjetivo. ¿Pero existen medidas que determinen el grado de belleza de nuestros rostros o nuestros cuerpos? Para la cirugía plástica, como la ciencia médica que estudia la forma (plastikós = forma), el estudio de las proporciones divinas tiene gran relevancia cuando se pretende hacer una modificación quirúrgica para llevar la apariencia de un individuo a una armonía objetiva. Sir Harold Gillies, uno de los iniciadores de esta especialidad médica declaró que “la cirugía reconstructiva pretende llevar a un individuo a la normalidad mientras que la cirugía estética lo lleva mas allá de lo normal”.

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2006-05-31   |   1,495 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 15 Núm.2. Mayo-Agosto 2005 Pags. 118-124 Cir Plast 2005; 15(2)