Tuve el privilegio de que la Prof. Irma Gentile fuera mi maestra y mi amiga. PodrÃa, por tanto, extenderme en detalles acerca de sus aportes desde su tarea en cuanto docente, pediatra asistencial e investigadora, pero quiero escribir sobre la mujer, la amiga, el ser humano y el ser social que vivió tan rica e intensamente como el ser profesional. No por ello dejarÃa de recordar que con plena pero tardÃa justicia fue nombrada Profesora Titular de PediatrÃa, constituyéndose en la primera mujer que logró ese cargo en Uruguay. Quizás marcó el camino, en eso como en tantas otras actividades de su vida. Tempranamente en mi carrera la conocà apasionada de la vida, de la amistad, de la esperanza de un mundo mejor, sobre todo para los niños y, quizás, para sus “niños solos†como llamaba, a veces, a los niños del Consejo.
2006-06-01 | 997 visitas | Evalua este artÃculo 0 valoraciones
Vol. 77 Núm.1. Enero-Marzo 2006 Pags. 5-7 Arch Pediatr Urug 2006; 77(1)