Autor: Muñoz Espinosa Linda Elsa
Hoy en día, las pruebas diagnósticas para demostrar la infección por HCV se dividen en pruebas serológicas, para la detección de anticuerpos, y pruebas moleculares, para detectar partículas virales. El tamizaje serológico para detectar la infección por el HCV se lleva a cabo con la prueba de ELISA, de la que ha habido tres generaciones consecutivas con el resultante progreso en la sensibilidad. La prueba de inmunoblot recombinante (RIBA) ha sido utilizada para confirmar los resultados positivos de la prueba de ELISA. El uso de RIBA se recomienda sólo en poblaciones de bajo riesgo como los bancos de sangre. Las pruebas moleculares pueden detectar el RNA viral de forma cualitativa (viremia) o cuantitativa (carga viral) así como el genotipo del HCV. A través de la técnica de reacción en cadena de la polimerasa se alcanza la máxima sensibilidad. Las pruebas cualitativas son más sensibles que las cuantitativas, ya que detectan cantidades muy pequeñas de RNA viral. Las pruebas para detectar el genotipo del HCV caen dentro de dos categorías: a) pruebas de tamizaje, para detectar mutaciones puntuales en el genoma del HCV, y b) pruebas confirmatorias, que evalúan segmentos más largos del virus.
Palabras clave: Hepatitis C pruebas de laboratorio y moleculares.
2002-11-14 | 1,506 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 67 Núm.2. Octubre 2002 Pags. 29-35 Rev Gastroenterol Mex 2002; 67(Supl. 2)