De la reparación y sustitución de las partes del cuerpo

Autor: Ortiz Monasterio Fernando

Fragmento

La medicina ha tenido desde siempre dos objetivos fun-damentales: aliviar el dolor y sanar las heridas. Esto ha estimulado la inteligencia y la capacidad creativa de los médicos de todos los tiempos. La responsabilidad de lograr la cicatrización de las heridas y eliminar el dolor pesaba sobre los hombros del mágico shamán, médico, brujo y astrólogo de las agrupaciones humanas primitivas, igual que pesa sobre los hombros del cirujano moderno, científico, racionalista, conocedor de la fisiología y la ultraestructura celular. Al salir a tierra, los seres primitivos que habitaban el mar conservaron su medio externo convirtiéndolo en interno para lo cual se rodearon de una cubierta impermeable. Este epitelio, encargado de conservar el agua salada, se convirtió, tras millones de años de evolución, en una estupenda envoltura. De simple continente se transformó en órgano protector altamente especializado de cuya integridad depende la existencia de vitales estructuras. Se entiende con facilidad que la cicatrización de esta cubierta, amenazada constantemente por la enfermedad y por el trauma haya sido motivo de interés para los médicos de todos los tiempos. La historia de la cicatrización de las heridas está íntimamente ligada a la violencia. Las lesiones que la búsqueda del alimento, el fuego y la lucha contra sus semejantes ocasionan al hombre, han dado lugar a una variedad casi infinita de medidas terapéuticas.

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2006-06-21   |   188 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 49 Núm.3. Mayo-Junio 2006 Pags. XIX-XXII Rev Fac Med UNAM 2006; 49(Sup. 1)