Autor: Bravo García Carlos
El descubrimiento de los antimicrobianos llevó erróneamente a muchos científicos a pensar que las enfermedades infecciosas de origen bacteriano podrían ser controladas y vencidas. Sin embargo, pronto se comprobó que muchos de estos compuestos no tenían actividad sobre ciertas bacterias o que, si la tuvieron, la perdieron en un momento determinado. De esta forma, se puede decir que un microorganismo es resistente a un antimicrobiano cuando es capaz de crecer, reproducirse o no morir en su presencia, o cuando su crecimiento sólo se inhibe con concentraciones superiores a las que el fármaco puede alcanzar en el lugar del proceso infeccioso. Los grandes problemas de las resistencias radican en: la selección natural, que ejercen los antimicrobianos sobre las bacterias, de tal forma que las resistentes van ocupando el lugar de las sensibles; la relativa frecuencia con que las poblaciones bacterianas adquieren el carácter de resistencia por mutación o por fenómenos de transferencia genética (conjugación, transformación o transducción). Con respecto a los puntos o dianas en los que actúa el antimicrobiano, es preciso señalar que su eficacia dependerá de varios factores: —que los alcance, —que llegue en cantidad suficiente sin modificaciones que dificulten su acción, —que sean los específicos y por tanto, no hayan experimentado cambio alguno en sus estructuras o en sus actividades primitivas.
Palabras clave: Antimicrobianos resistencias bacterias.
2006-07-20 | 1,977 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.23. Junio 2006 Pags. 1 Odont Moder 2006; 2(23)