La importancia de los antimicrobianos en Odontología:

cefalosporinas de primera generación 

Autor: Coria Lorenzo José de Jesús

Fragmento

Todas las cefalosporinas son antimicrobianos betalactámicos basadas en el compuesto “C” cefalosporínico, descubierto por Edward Abraham y colaboradores como un componente menor de un complejo antimicrobiano producido por Cephalosporium acremonium, un hongo cultivado de un drenaje de alcantarillado por Giuseppe Brotzu en 1948. El interés inicial en el compuesto “C” cefalosporínico fue debido a su estabilidad hacia las betalactamasas del Staphylococcus. Esta sustancia es un componente betalactámico en el cual el anillo betalactámico está unido a un anillo “6”, denominado dihidrotiazina, en contraste con las penicilinas, en las cuales la unidad comparable es un anillo “5” de tiazolidina. Por razones comerciales se les ha clasificado de la primera a la cuarta generación. Al igual que la mayoría de los antimicrobianos betalactámicos tienen actividad bactericida con excelente penetración, absorción y concentración en tejidos y sangre. A la fecha se han desarrollado más de 100 cefalosporinas semisintéticas, pero no todas han sido comercializadas. Las de primera generación son antimicrobianos de espectro selectivo para cocos grampositivos y tienen actividad bactericida con excelente penetración, absorción y concentración en tejidos y sangre. Su núcleo activo es el compuesto 7-aminocefalosporínico, a partir del cual, agregando cadenas laterales, se logran producir compuestos semisintéticos con mayor actividad antimicrobiana que el original. En México se comercializan: cefadroxilo, cefalexina, cefradina, cefalotina y cefazolina.

Palabras clave: Antimicrobianos betalactámico dihidrotiazina tiazolidina.

2006-08-16   |   3,684 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.24. Julio 2006 Pags. 2 Odont Moder 2006; 2(24)