Poca gente lo sabe, pero el más grande de mis huesos sirvió de modelo para la torre Eiffel, su estética le debe mucho a un ingeniero de origen suizo, Maurice Koechlin. Empleado por la casa Eiffel, recibió el encargo de calcular la distribución del peso, tarea determinante para decidir su forma definitiva. Se dibujaron y construyeron numerosos armazones siguiendo las líneas donde debían ejercerse las principales fuerzas de tensión y compresión. En el origen de este principio, conocido hoy en día como estática “gráfica”, hayamos a Hermann von Meyer, profesor de anatomía de Zúrich y profesor especialista en estructuras óseas, quien llevaba tiempo preguntándose por la estructura externa y la organización interna, ambas sorprendentes como eficaces del hueso del fémur. Y es que la cabeza de este hueso, que se articula con la pelvis se halla totalmente desplazada con relación al eje principal. Una observación atenta permite distinguir múltiples haces de fibras óseas dispuestas de manera igualmente desconcertante. Así es que el peso del cuerpo queda totalmente en falso.
2006-08-25 | 1,794 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 1 Núm.4. Septiembre-Octubre 2004 Pags. 32 Bol Med UAS 2004; 1(4)