Y la historia se repite…

Una vez más… 

Autor: Angulo Valderrama Diana

Fragmento

“Señorita, señorita, ¿Qué hora tiene?,» me preguntaba angustiada, una joven madre con su pequeño en brazos mientras otra señora reclamaba que atiendan a su hijo primero. «Las 7:30 p.m., ¿por qué?”. “Es que le tocan sus antirretrovirales a las ocho señorita”. Había llegado de viaje en la mañana con su hijo Jonathan, por darle un nombre, de 3 años; su esposo falleció hace un año con Tuberculosis y SIDA. Antes sólo había escuchado de la enfermedad por la televisión, ahora sabía que ella y su pequeño Jonathan eran VIH positivos. “…Explíqueme usted despacio, dígame los días, yo sé que es importante darle su medicina, además mi otra hija sabe leer y puede ayudarme”... Jacinta de 68 años, nunca hubiera imaginado que alguna vez conocería la capital y menos de la mano de una graciosa niña con pollera anaranjada. No aprendió a leer porque cuando era pequeña sólo los varones iban a la escuela en su pueblo. Hace 6 años su hija Soledad vino a Lima en busca de un mejor porvenir, estuvo trabajando por algún tiempo; pero luego tuvo que regresar, estaba embarazada y ya no conseguía trabajo. Cuando enfermó, Jacinta siempre creyó que era “mal daño”, incluso dudó cuando en la posta le explicaron por qué había fallecido su hija. Nunca supo quien era el padre de su nieta. Ahora sólo quiere regresar a su pueblo, seguir adelante y se esfuerza mucho por aprender los colores del frasco y la medida del jarabe que le corresponde a su nieta. Sabe que el próximo mes la niña tiene que venir a un control, pero aún no sabe cómo conseguirá el dinero para los pasajes.

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2006-09-01   |   709 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 7 Núm.1. Enero-Junio 2005 Pags. 44-45 Paediatrica 2005; 7(1)