Autor: Prado Corrales Judith
La naturaleza o Dios se encargan de darnos una madre, la mejor posible y es la misma naturaleza o el mismo Dios quienes pueden darnos una segunda oportunidad. Nos adentramos en la aldea infantil SOS de Arequipa para conocer un poco acerca de la realidad de los niños integrados en estas familias, reflejo fiel de la entrega abnegada de las madres que la vida se encargó de darles, en ésta, su segunda oportunidad. Conversamos con Margarita, de 41 años, mujer risueña y firme. Nos cuenta que es madre desde los 23 años: “tengo 10 hijos aquí; pero fuera de casa ya tengo 11, son 9 independizados y 2 en la residencia juvenil, donde permanecen hasta llegar a la madurez, hasta que puedan trabajar, la mayor parte se tecnifican, pero todos estudian, sino por gusto hubiéramos trabajado tanto con ellos, invertido tanto... Cuando ingresan, los primeros meses son los más críticos, porque muchos llegan desnutridos, se enferman frecuentemente, hasta casi el año, de allí ya los recuperamos... La adaptación es difícil, cuando falta algún niño en casa, tengo cupo para un niño mas, voy preparando a mis hijos y voy a ver de dónde viene mi nuevo hijo, hablo con él o ella antes de que llegue, diciéndole cuantos hermanos va ha tener, cómo vivimos... tratamos de que nunca pierdan el contacto con su familia biológica, aunque la mayoría son huérfanos de padre y madre... contamos con apoyo psicológico permanente... Ah!, en el día de la madre vienen todos mis hijos, tengo que sacar los muebles para que entren todos porque traen a mis 3 nietos, mis yernos, las novias y enamoradas. Es muy bonito, me siento gratificada”.
2006-09-01 | 838 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 6 Núm.1. Enero-Junio 2004 Pags. 63-64 Paediatrica 2004; 6(1)