Raúl Calderón González fue precursor de la Neurología Pediátrica en México. Médico hábil, investigador riguroso, divulgador persistente, se distinguió por ser. ante todo, un excelente ser humano. Respetado desde sus tiempos de estudiante de medicina en los cincuenta, se granjeó, por su sapiencia, la admiración de sus pares a través de su formación en Estados Unidos y el entrenamiento que dio a decenas de neurólogos mexicanos. Veían en él a un médico disciplinado, dedicado, brillante, pero sobre todo, humilde. Quizá ese rasgo le permitió no dejar nunca de emprender proyectos. Nació en Monclova como el menor de cinco hermanos, Raúl Calderón se graduó como médico, en 1959, de la Universidad de Nuevo León. Después de terminar la Escuela de Medicina realizó un internado rotatorio en el Hospital Toledo, en Toledo, Ohio. Ahí conoció al doctor Richard Bear, responsable de Medicina Física, quien lo enseñó a usar hipnosis para facilitar procesos de rehabilitación dolorosos. Por supuesto, al médico excelente lo llenaba la paz familiar y antes de su partida a Toledo, Ohio. En enero de 1960, se casó con su novia Arabella Sepúlveda Rendón. El principio, como ocurre con todo médico estudiante, fue duro. Pero la felicidad y el optimismo los llevó de la mano al éxito. Arabella Sepúlveda le dio al doctor Calderón dos hijos. Raúl Fernando, también neurólogo pediatra, y Arabella. Neuropsicóloga pediatra.
2006-09-05 | 1,926 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 1 Núm.2. Enero-Abril 2004 Pags. 4-5 Revista AVANCES 2004; 1(2)