La belleza de la magia en nuestra vida

Fragmento

Relacionada con la alquimia, el ocultismo, el espiritismo, la superstición y la brujería; la magia, término que deriva de la palabra magi, fue uno de los elementos religiosos babilónicos que incorporaron los magos, casta de sacerdotes de la antigua Persia que se ocupaban de todo lo relacionado con lo oculto. Fue practicada también por griegos y romanos. Según los antropólogos, este tipo de creencia existe en la mayoría de las culturas primitivas. Sin embargo, ciertas prácticas, como la buenaventura, la comunicación con los muertos, la astrología y la creencia en los números y amuletos de la suerte, se han perpetuado en las culturas más avanzadas. En las sociedades más simples, la magia se sirve de todos los conocimientos disponibles, incluidas las técnicas científicas y médicas. La ciencia moderna tiene su origen en prácticas y creencias mágicas. De este modo, la alquimia medieval estimuló el desarrollo de la química y la física modernas, y la astrología sentó las bases de la astronomía. La magia se divide en dos categorías principales: blanca (o del bien) y negra (o del mal). La primera se puede emplear para eliminar o paliar los efectos de la segunda, que se invoca para matar, hacer daño o satisfacer el propio egoísmo. Durante la Edad Media, ésta se asociaba con la brujería, la hechicería y la invocación de los demonios. Las prácticas mágicas pueden agruparse en cuatro categorías: “magia simpática”, se basa sobre el simbolismo y la realización de los deseos. Para lograr el efecto deseado se recurre a la imitación o el uso de ciertos objetos asociados. Así, por ejemplo, se piensa que es posible hacer daño a los enemigos clavando alfileres en una imagen que represente su persona, recitando sus nombres en un conjuro o quemando cabello o uñas de su cuerpo.

Palabras clave: Magia creencia.

2006-09-19   |   2,750 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.25. Agosto 2006 Pags. 16-17 Odont Moder 2006; 3(25)