Autor: Infante Ochoa Idalmis
El sector de la Salud Pública Cubana tiene el compromiso de satisfacer necesidades de salud, incrementar y mejorar los indicadores de salud de nuestro pueblo; prestar ayuda humanitaria a cuantos países lo requieran. La enfermería cubana, como integrante del equipo interdisciplinario del Sistema Nacional de Salud de Cuba, mantiene identificación plena con el arte de cuidar; que implica un compromiso personal y colectivo en cada etapa del cuidado. Por tanto requiere conocimientos, reflexiones, habilidades prácticas, trasmitir confianza, seguridad, cumplir con los principios éticos que rigen la profesión, la responsabilidad de mantener y restaurar la salud, evitar la enfermedad, aliviar el sufrimiento y brindar servicios continuos con calidad. Esto son condiciones esenciales de la profesión en cualquier lugar del mundo, así como tener intereses profesionales que contribuyan a ser cada día más competente en nuestro campo de actuación. Cuando se habla del Sistema de Salud, es evidente que a la profesión de enfermería, le corresponde un lugar cimero, por el alto compromiso que tiene en el cumplimiento de su misión dentro y fuera del país, ser embajadores de la grandeza humana de nuestro pueblo, en cualquier rincón del planeta. La necesidad de cuidados de enfermería es universal, sin tener en cuenta raza, religión, sexo, ideología, condiciones socioeconómicas, idioma; por eso hoy, como en otros tiempo le corresponde a los enfermeros cubanos, brindar lo mejor de sí a todos los necesitados, por eso están en Pakistán, Venezuela, Haití, Yemen, Jamaica, África, en cada rincón del planeta los encontrarás, sin importar el frío, la distancia, condiciones de vida, barreras idiomáticas y estamos seguros que dejarán bien alto el nombre de Cuba en cualquier lugar, y la humanidad les agradecerá eternamente ese gesto incomparable de entrega total, de humanismo, que tanto bien les hace a los pueblos.
2006-10-06 | 2,177 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 22 Núm.3. Julio-Septiembre 2006 Pags. Rev Cubana Enfermer 2006; 22(3)