Hospital del Niño de San Luis Potosí

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Miguel Otero Arce nació en México, D. F. el 21 de abril de 1850, estudió medicina en México y se recibió el 25 de julio de 1883. En 1883 cubrió la cátedra de fisiología y también la de higiene en la Escuela de Medicina de San Luis Potosí y más tarde la de clínica y terapéutica de niños, siendo por esto el fundador de la Pediatría Potosina. En 1888 fundó en su hospital un laboratorio, y por primera vez en México preparó la vacuna de Pasteur contra la rabia que ya se estaba aplicando en México, traída del Instituto Pasteur por el Dr. Eduardo Liceaga, la vacuna del Dr. Otero resultó eficaz, y se aplicó por primera vez con resultados satisfactorios al niño Refugio Galván, que había sido mordido por un perro rabioso. Habiendo sido nombrado miembro de la Academia de Medicina en 1891, el 21 de abril de 1893 inaugura la Casa de Salud para niños, proyectada y propuesta a la sociedad potosina desde 1890 y destinada al tratamiento de la niñez enferma. Con esto se convierte en el primer fundador de hospitales de niños en la provincia y uno de los primeros en hispanoamérica. Durante los años 1896 y 1897 publicó anales del Hospital Infantil de San Luis Potosí, probablemente la primera revista especializada que existió en hispanoamérica. En 1899 abrió en el centro de la ciudad un consultorio del Hospital Infantil, en el número 24 de la calle de Apartado en San Luis Potosí, éste hospital tuvo una breve vida (de 1893 a 1900), cerrando en éste último año por razones de penuria. Al imaginar éste hospital pediátrico pionero, el Dr. Otero inicia su proyecto con éstas palabras: “Fundar un hospital para niños conforme a las últimas ordenanzas de la ciencia (1890) deberá tener dispensario de medicina y alimentos apropiados, así como un centro de socorro a domicilio”. Recopiló: José Felipe Franco. Historia de la Pediatría en México, Fondo de Cultura Económica.

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2006-10-11   |   4,455 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 1 Núm.3. Octubre-Diciembre 1998 Pags. 20 Arch Invest Pediátr Méx 1998; 1(3)