Voy a tratar de hacer algunas reflexiones de orden general y por supuesto también centrarme en el tema respecto del caso de la medicina asertiva. No digamos que se trata de un término ajeno, mucho menos al lenguaje español porque lo tenemos, por supuesto. Pero sí digamos que es una terminología de reciente introducción para contrastarlo con el caso de la medicina defensiva. Y si uno va al diccionario, lo primero que encuentra es que cuando habla de lo asertivo se trata de lo afirmativo; asertivo es afirmativo, la medicina asertiva, en todo caso, debiera uno entenderla como algo que tiene que ver con lo positivo, con lo favorable. Un aserto es una afirmación de la certeza de una cosa y los introductores del término que, pues están aquí con nosotros, seguramente nos harán una descripción más de fondo, el Dr. Tena en particular, de los componentes, la idea que se tiene de cómo puede interpretarse, cómo puede verse la medicina asertiva. Pero, digamos que, en el tema que nos ocupa, se contrapone con la medicina defensiva y este sí es un término mucho más estándar dentro del lenguaje de lo que está pasando con la medicina, no sólo en México sino en muchos espacios, muchas latitudes; y la medicina defensiva se puede entender, como un tipo de práctica médica que tiene tres características: de un lado, el abuso de procedimientos médicos; por otro lado, el exceso de interconsultas y solicitudes de revisiones por otros colegas; y, finalmente, incluso llegando a la necesidad de contar con seguros contra la mala práctica profesional para anticiparse a las potenciales demandas que puedan presentarse por el ejercicio de la práctica médica. Y uno puede ver también la definición o el concepto que los doctores Paredes y Rivero tienen de esta medicina defensiva que consiste en señalar que se trata de cambios en la práctica del médico para defenderse de demandas originadas durante el desarrollo de su práctica profesional.
2006-10-19 | 853 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 16 Núm.40. Julio-Septiembre 2006 Pags. 32-34 Rev CONAMED 2006; 11(3)