Fragmento

Los nódulos de la glándula tiroides, relativamente comunes, son lesiones diferentes desde el punto de vista biológico, si bien la mayoría de los tumores solitarios resultan lesiones benignas, ya localizadas no neoplásicas como la hiperplasia nodular, el quiste o los focos de tiroiditis, ya de la variedad adenomas foliculares, que constituyen alrededor de 90% de los nódulos neoplásicos. El cáncer de tiroides representa aproximadamente 1.9% de todos los neoplasmas malignos en el sexo femenino y 0.3% en el masculino. En nuestro país, las tasas estandarizadas son 3.88 en la mujer y 0.86 en el hombre. En el diagnóstico diferencial de los citados nódulos deben considerarse varios factores, a saber: características clínicas, edad, sexo, antecedentes personales y familiares, así como resultados de exámenes complementarios, entre los cuales figuran: estudios de función, ecografía, gammagrafía y citología por punción con aguja fina (CAAF). Esta última ha devenido un método de diagnóstico eficaz, pues permite seleccionar a los pacientes que deben ser operados, de manera que disminuye el número de intervenciones quirúrgicas por tumores benignos. Se aconseja operar los nódulos de tiroides con elementos clínicos reveladores de malignidad. La ablación posquirúrgica del tejido tiroideo residual con I131 ha mejorado el pronóstico de las personas afectadas por cáncer diferenciado. En este artículo se acentúa la importancia de diagnosticar y tratar oportunamente dichos tumores para mejorar la salud y calidad de vida de quienes los presentan.

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2006-10-20   |   1,712 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 10 Núm.1. Enero-Marzo 2006 Pags. Medisan 2006; 10(1)