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Introducción La hepatitis A y hepatitis B se encuentran dentro de las causas más frecuentes de afección hepática prevenibles por vacunación. La hepatitis A está causada por la infección del virus de la hepatitis A, el cual pertenece a la familia de los picornavirus. La transmisión característica de esta enfermedad es por vía fecal-oral, ya sea por contacto persona-persona o ingesta de alimentos o agua contaminada. Existen cuatro genotipos de VHA (virus de la hepatitis A) y un solo serotipo, por lo que la inmunidad natural o adquirida es suficiente para evitar la infección. La hepatitis A tiene una distribución global y se estima que a nivel mundial afecta a 1.4 millones de personas al año. La forma endémica varía entre países con una distribución de prevalencia e incidencia distinta en diferentes regiones. Se puede hablar de zonas endémicas clasificadas en: alta, moderada, baja y de muy baja endemia. Las regiones de alta endemia se caracterizan porque la mayoría de los individuos adquieren la infección durante la infancia temprana, cursando asintomáticos y adquiriendo inmunidad. Las regiones de moderada endemia tienen una incidencia elevada y la infección sucede en la infancia tardía y adolescencia, y pueden ocurrir brotes epidémicos por transmisión de persona-persona o consumo de alimentos o agua contaminada. Las áreas de baja endemia tienen una incidencia baja y la infección suele ocurrir en adultos jóvenes. Se presentan brotes epidémicos en grupos de alto riesgo o brotes pequeños. Por último, las áreas de endemia muy baja en donde los individuos afectados son adultos y adultos mayores, la transmisión se debe a viajeros y rara vez existen brotes. Latinoamérica, hasta hace unos años, pertenecía, junto con África, India y el sudeste asiático, a una región de alta endemia, sin embargo, en las últimas décadas esto ha cambiado y ahora se considera una región de endemia moderada, excepto las regiones de Centroamérica que pertenecen aún a las zonas de alta endemia. La seroprevalencia de anticuerpos de VHA en México, según el grupo de edad, se describe a continuación: 1 a 5 años, 40%; 6 a 10 años, 69%; 11 a 15 años, 88%; 16 a 20 años, 93%; 21 a 30 años, 97%; 31 a 40 años, 100%. El estrato socioeconómico modifica lo anterior, ya que los individuos que pertenecen a un estrato socioeconómico medio y alto presentan una seroprevalencia significativamente menor. El comportamiento clínico de la enfermedad varía y la infección sintomática depende de la edad del paciente. Únicamente 30% de los niños infectados menores de seis años presentan síntomas, mientras que 70% de los adultos los padecen. En aquellos pacientes sintomáticos se presenta un cuadro autolimitado con náusea, síntomas gripales, vómito, dolor en hipocondrio derecho e ictericia. Entre 11 y 22% de los pacientes requiere hospitalización, aproximadamente 7% en niños menores a 15 años y 27% de adultos de 45 años o mayores. La presentación grave de la enfermedad no es frecuente, sólo 10% cursan con colestasis, 4 a 20% con hepatitis recurrente y en 0.35% de hepatitis fulminante. Las estrategias de vacunación deben ser el resultado de una compleja ecuación que considera a la prevalencia, la cronicidad, severidad y mortalidad de la enfermedad, inmunidad sin olvidar los factores económicos. En Latinoamérica la prevalencia tiene una relación inversa al desarrollo socioeconómico, por lo que en nuestros países existe un mosaico de regiones con alta, moderada y hasta baja endemia en un mismo país. Aunque existe evidencia de que la infección por el VHA es cada vez menos frecuente debido a la mejoría de la higiene y sanidad, se requiere una evaluación periódica que registre los cambios de patrones de exposición.

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2006-11-07   |   2,164 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 71 Núm.3. Noviembre 2006 Pags. 73-89 Rev Gastroenterol Mex 2006; 71(Supl. 2)