Fragmento

La salud del anciano es una de las metas principales de los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud. Se define no solo como la ausencia de enfermedad, sino como un estado completo de bienestar físico, mental y social. El aumento de la esperanza de vida y el descenso de la natalidad implican el envejecimiento progresivo de la población; situación que en España es particularmente dramática. En 1950, el porcentaje de personas mayores de 65 años era de 7.2; pero ya en 1991 se había elevado a 14.1. Según las previsiones poblacionales se había estimado que en el citado país, los ancianos superarían los 6 millones en el 2000, lo cual representaría aproximadamente 16% de todos los españoles y continuaría aumentando en los años siguientes. Dada la importancia actual y futura del envejecimiento de la población, la atención sanitaria a las personas mayores constituye uno de los retos más apremiantes en las próximas décadas. Envejecer conduce a un deterioro fisiológico, asociado comúnmente a enfermedades crónicas y multisistémicas, alteraciones psicológicas y discapacidades. Se impone mantener una actividad mental y social para conservar la salud y las funciones orgánicas en la edad avanzada; así, la labor que desempeña, la posición social y las relaciones personales pueden ejercer una acción vital sobre la salud, con tanto impacto como las medidas higienodietéticas.

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2006-11-07   |   3,199 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 10 Núm.2. Abril-Junio 2006 Pags. Medisan 2006; 10(2)