Autor: Bernal Reyes Raúl
El incremento que a nivel mundial han tendido el sobrepeso y la obesidad, ha impactado de forma significativa en la salud de una gran parte de la población; no es casual su asociación con diabetes mellitus (DM) e hipertensión arterial (HTA); cada vez es más abundante la bibliografía al respecto y ahora son comunes las referencias al síndrome metabólico (SM) y a la hepatopatía grasa no alcohólica (HGNA), lo que pone de manifiesto la vigencia de ambos temas. Hace un cuarto de siglo Ludwing describió lo que a partir de entonces se conocería como esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) y que ahora sabemos que es un estadio avanzado de la llamada HGNA, que puede ir de la esteatosis hasta la cirrosis y aún más allá, pues en algunos casos puede llegar al hepatocarcinoma. En su descripción original Ludwing incluía pacientes predominantemente del sexo femenino, sin consumo de alcohol (o con un consumo insignificante), muchas de ellas con obesidad y diabetes y todas con cambios en la biopsia hepática similares a los observados en pacientes alcohólicos; posteriormente otros autores agregaron sus propias series de pacientes y gradualmente se fue conformando un perfil clínico al que se sumaron además la hipertensión arterial, la hipertrigliceridemia y la hipercolesterolemia casi de manera constante, estas características clínicas de acuerdo con el reporte del Adult Treatment Panel III (ATP III) conforman el llamado síndrome metabólico, de tal manera que cuando se comparó el perfil clínico de muchos de los pacientes con EHNA con el de los pacientes con SM, éste era prácticamente el mismo, con ello se concluyó que la HGNA es la expresión a nivel hepático del SM. Se establecía así una clara relación entre una y otra entidad.
2006-12-11 | 1,588 visitas | 2 valoraciones
Vol. 71 Núm.4. Octubre-Diciembre 2006 Pags. 510-511 Rev Gastroenterol Mex 2006; 71(4)