Vacunas de DNA:

el presente y el futuro 

Autor: Dumonteil Eric

Fragmento

Las vacunas han sido la intervención de salud pública con más impacto para la prevención de un gran número de enfermedades. Estimaciones de la OMS sugieren que las vacunas salvan cerca de 30,000 vidas diariamente, más de 10 millones de vidas cada año, lo que demuestra el éxito que ha tenido esta estrategia. Sin embargo, las enfermedades infecciosas siguen cobrando cerca de 45,000 vidas diariamente - 17 millones por año -, y queda muy claro que el hombre, como todos los animales, representa un ambiente ecológico abierto a una infinidad de microorganismos. Por estas razones, el desarrollo de nuevas herramientas para minimizar el impacto de las enfermedades infecciosas en la salud humana sigue representando un desafío mayor. La gran mayoría de las vacunas en uso actualmente están dirigidas contra patógenos que pueden ser controlados eficazmente con anticuerpos. Sin embargo, un gran número de patógenos han desarrollado una multitud de estrategias de escape y mecanismos de resistencia a la actividad lítica de los anticuerpos y han frustrado los esfuerzos de desarrollo de vacunas. La eliminación de estos patógenos requiere de la activación de ciertas poblaciones específicas de linfocitos T, y las vacunas de DNA representan una de las estrategias novedosas para lograr la activación de tal respuesta inmune celular. El desarrollo extraordinario de las vacunas de DNA les coloca como la alternativa más promisoria para el control de una gran variedad de enfermedades, que no se limitan a las enfermedades infecciosas. Las vacunas de DNA se basan en la inyección directa en el huésped de DNA plasmídico que codifica para un antígeno de un patógeno, en lugar del antígeno proteico o del patógeno atenuado/muerto. La expresión endógena del antígeno dentro de las células del huésped puede inducir una respuesta inmune completa y duradera. Esta respuesta incluye anticuerpos, aunque es frecuentemente más débil que la que se puede obtener con vacunas recombinantes, así como una activación fuerte y duradera de células T cooperadoras y citotóxicas. Este tipo de respuesta inmune es comparable a la respuesta inducida por vacunas atenuadas, pero resulta muy difícil de inducir con vacunas recombinantes, lo que representa una de las grandes ventajas de las vacunas de DNA.

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2002-12-27   |   2,719 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 11 Núm.1. Noviembre 2000 Pags. S7-S12. Rev Biomed 2000; 11(Supl. 1)