El camino circular de la vacunación antivariólica

Autor: Coto Celia E

Fragmento

Hay caminos de todo tipo y formas, pero los más celebrados son los caminos rectos, con un principio y un fin. Un origen y una meta. Dicho en otros términos, un camino que se inicia con un objetivo y termina con su concreción. Así fue el derrotero de la erradicación de la temible y deformante viruela, causada por el virus del mismo nombre, perteneciente a la familia Poxviridae. La lucha contra la enfermedad se inició el 14 de mayo de 1796 cuando Jenner demostró que la inoculación con un virus relacionado antigénicamente brindaba protección y terminó en 1980 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció la erradicación de la enfermedad en el mundo, habiéndose registrado el último caso de viruela natural en Somalia, África, en 1977. Quizá interese saber, que el costo estimado de la campaña de erradicación de la enfermedad, fue de 300 millones de dólares. Las consecuencias de esta nueva situación sanitaria, fue la recomendación de abandonar la vacunación antivariólica debido a los riesgos que representaba su administración a las personas inmunosuprimidas, cuyo número fue aumentando precisamente a partir de 1980 con la irrupción del SIDA en la población humana. La paradoja del presente es que el virus de viruela se extinguió en la naturaleza, pero el temor que éste sea utilizado como arma biológica, determinó el regreso a la práctica generalizada de la vacunación antivariólica y un retroceso a la situación imperante hace veinte años, recorriendo un camino circular.

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2007-01-23   |   746 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.2. Septiembre 2003 Pags. Qviva 2003; 2(2)