Medicina basada en la evidencia:

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Autor: Osorio F Lautaro

Fragmento

Nota: Reproducido con permiso de la Revista Vida Médica. En las reuniones médicas de análisis de trabajos de investigación, está de moda hacer referencias y llegar a conclusiones que desembocan en la llamada “medicina de las evidencias”. Ello me parece categórico y perturbador, aparte de pretencioso, y quiero hacer ocho reflexiones al respecto. 1. Esto de la medicina de las evidencias se ha transformado en un argumento muy recurrido en la actualidad. Pero en el concepto percibo un “algo” que me produce rechazo. Tal vez sea lo categórico del argumento como conclusión final en la evaluación de los resultados, desconociendo dos hechos: lo subjetivo de nuestras apreciaciones y lo falible de nuestros sistemas de análisis. Si las evidencias son certezas claras, manifiestamente indudables, de partida ya encontramos en el término una primera dificultad: en medicina, como todos sabemos nunca es nunca ni siempre es siempre, pues su sustrato de trabajo es proteiforme y si bien es cierto predominan en él los fenómenos y las respuestas más frecuentes, de repente, sin aviso, aparecen los hechos menos frecuentes, de cualesquiera de los dos extremos de la curva de distribución y nos desconcertamos, siendo que ellos son sólo hechos menos probables, pero no extraños. Ello no debe interpretarse como presencia de anormalidades, sino simplemente como la presentación de frecuencias menos frecuentes, lo cual tampoco debe confundirse con azar ni con aleatoriedad.

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2007-01-26   |   765 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 58 Núm.2. Marzo-Abril 2006 Pags. 165-167 Rev Chil Cir 2006; 58(2)