Autores: Villegas Cabello Oscar, Gálvez Hernández César Antonio, Estrada López Carlos R, Leyva Alvizo Adolfo, Rodríguez Castañeda Luis Gerardo
La insuficiencia venosa de miembros inferiores es una enfermedad propia de la civilización occidental. Es identificable en diversos grados, en el 50% de los adultos del sexo masculino y en dos terceras partes de la población de sexo femenino. Las formas severas de este padecimiento se presentan en el 20% de la población económicamente activa. La presentación clínica severa incluye la aparición de venas varicosas tortuosas y dilatadas asociadas a dolor, dermatitis, hiperpigmentación y úlceras hasta en el 2% de la población en general. En raras ocasiones, el proceso puede orillar a amputaciones por negligencia en el cuidado de las lesiones. El costo para los sistemas de salud es muy importante: 5% de los pacientes llegan a perder su trabajo por motivo de su enfermedad. En el Reino Unido el 2% del presupuesto orientado a la preservación de la salud se dedica exclusivamente al manejo de las úlceras venosas. Al igual que con muchas otras patologías, el origen de la enfermedad es multifactorial. Sin embargo, el común denominador del síndrome de insuficiencia venosa es un aumento en la presión venosa en los lechos de drenaje de los miembros inferiores, que a su vez condiciona un estado de congestión en la microcirculación. El drenaje venoso de los miembros inferiores se logra a través de los sistemas profundo y superficial, en conjunto con las venas perforantes que conectan ambos sistemas. Las venas de estos tres componentes poseen válvulas bicuspídeas unidireccionales que orientan cefálicamente el flujo. Tradicionalmente, el tratamiento quirúrgico de la insuficiencia venosa despreciaba sistemáticamente la necesidad de identificar e interrumpir las perforantes insuficientes. Esto, en parte, debido a que el procedimiento tradicional de Linton y sus modificaciones requerían una gran incisión o incisiones múltiples que frecuentemente se realizaban próximas a áreas de lipodermatosclerosis o ulceradas. La tasa de complicaciones locales del procedimiento tradicional de Linton, tales como necrosis de los bordes y ulceración postnecrótica se reportan desde un 15% hasta un 50%. Tales complicaciones incrementaban el tiempo de recuperación y mermaban el resultado estético de la cirugía. En conjunto, estas consideraciones hicieron que el procedimiento tradicional de Linton y sus modificaciones se convirtieran en técnicas que se utilizaban sólo en casos de congestión venosa muy avanzada. Por otro lado, un cierto porcentaje de los pacientes con insuficiencia venosa muestran mejoría solamente con la safenectomía y la resección de colaterales. Sin embargo, en pacientes con insuficiencia de venas perforantes, el desarrollo de enfermedad varicosa recidivante, la persistencia de trayectos venosos residuales postoperatorios y la persistencia de los síntomas relacionados a congestión venosa persisten, lo que amerita el uso crónico de soportes graduados de alta compresión. La interrupción subfascial endoscópica de perforantes (I.S.E.P.) permite la eliminación precisa de todas las venas perforantes de la pierna. Por lo que se ha aceptado como la alternativa mejorada que debe considerarse sola o en conjunto con la safenectomía, dentro del concepto de tratamiento integral de las venas varicosas con disfunción de perforantes y sus complicaciones en insuficiencia venosa crónica.
Palabras clave: Venas perforantes linton interrupción subfascial endoscopia insuficiencia venosa.
2007-01-29 | 4,044 visitas | 3 valoraciones
Vol. 3 Núm.10. Septiembre-Diciembre 2006 Pags. 15-20 Revista AVANCES 2006; 3(10)