Estudio empírico de los mecanismos de defensa en el trastorno de angustia

Autores: Chávez León Enrique, Lara Muñoz María del Carmen, Ontiveros Uribe Martha Patricia

Resumen

El trastorno de angustia es un padecimiento frecuente en la población mundial. En México, 2.9% de las mujeres y 1.3% de los hombres lo han presentado alguna vez en la vida. Las causas del padecimiento probablemente involucren factores biológicos y psicosociales en interacción. Existe evidencia empírica de la participación de los mecanismos de defensa en la patogénesis del trastorno de angustia. En comparación con sujetos sanos, estos pacientes usan defensas inmaduras y neuróticas como proyección, pasividad agresiva, fantasía, exoactuación, devaluación, desplazamiento, somatización y escisión. En comparación con los pacientes deprimidos, utilizan más las defensas neuróticas como somatización, devaluación e idealización. Objetivos: Fueron dos los objetivos de esta investigación: 1) Se determinaron las diferencias en el uso de los mecanismos de defensa entre los pacientes con trastorno de angustia, con y sin otros trastornos coexistentes, y los sujetos sanos. 2) Se compararon las defensas de los pacientes respondedores con los no respondedores al tratamiento farmacológico después de 8 semanas. Procedimiento: Los pacientes fueron evaluados por un médico residente de tercer año de la especialidad en psiquiatría. En un período menor a una semana fueron reevaluados por alguno de los médicos adscritos a la Consulta Externa. Si su diagnóstico definitivo era de trastorno de angustia se les invitaba a participar en el estudio. En la entrevista de evaluación se explicaba en qué consistía éste. Si aceptaban participar, se aplicaba un listado con los criterios del trastorno de angustia y se interrogaba sobre los criterios mayores para trastornos psicóticos, demenciales, anímicos, de ansiedad, adaptativos, somatomorfos y de uso de alcohol y sustancias, en el último año. Se incluyeron pacientes con diagnóstico de trastorno de angustia aunque tuvieran algún padecimiento comórbido pero que no hubieran presentado psicosis, demencia, ni trastorno por uso de sustancias durante el último año. Se aplicaron las escalas de Hamilton para Ansiedad, la de Hamilton para Depresión, la de Impresión Global del Médico y la Lista de 90 Síntomas de Hopkins (SCL-90) para medir la intensidad de los síntomas. En ese momento contestaron el DSQ de 88 reactivos. Tras 8 semanas de tratamiento farmacológico con su médico tratante, se les reevaluó de la misma forma. Ninguno recibió psicoterapia. Resultados: Los pacientes con trastorno de angustia recurrieron menos a las defensas adaptativas, como la sublimación y el humor, aunque más a la formación reactiva, que los sujetos sanos. A la vez usaron más las defensas desadaptativas basadas en la escisión (proyección, regresión, negación, exoactuación y fantasía), así como las defensas neuróticas (inhibición, somatización, aislamiento social, rechazo de ayuda y anulación). La presencia de un trastorno depresivo o por uso de alcohol en el pasado no influyó en la forma en que los pacientes con trastorno de angustia usaron sus mecanismos de defensa. Por otro lado, dichos mecanismos no influyeron en la respuesta al tratamiento farmacológico. Sin embargo, los que utilizaron más la anulación respondieron mejor a tratamiento y no desertaron del estudio. Conclusiones: La mayoría de los hallazgos fueron similares a los documentados previamente por varios autores en otros países. Las limitaciones metodológicas del estudio se relacionaron principalmente con las dificultades para medir las defensas a través de sus correlatos conductuales y actitudinales.

Palabras clave: Crisis de angustia trastorno de angustia depresión mayor mecanismos de defensa estilos defensivos.

2007-02-03   |   4,182 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 29 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2006 Pags. 15-22 Salud Ment 2006; 29(6)