Higiene de manos

Autores: Serjan María A, Saraceni Liliana

Fragmento

Por generaciones el lavado de manos con agua y jabón ha sido considerado una medida de higiene personal. El concepto de higiene de manos data del siglo XIX. Haciendo historia: • 1822: French, farmacéutico: observa que las soluciones de cloro y sodio actuaban como limpiadoras, desinfectantes y odorizantes. Y es en 1825 donde proponían el lavado de manos para evitar las enfermedades pestilenciales. • 1843: Oliver Wendell Holmes interpretaba que las manos podrían ser la causa de la diseminación de la fiebre puerperal. • 1846: Fue el Dr. Igmaz Semmelweis, obstetra, quien en Viena asocia fiebre puerperal, transmisión de partículas cadavéricas a través de las manos y su relación con la alta mortalidad materna. Su intervención es la primera evidencia de la importancia del lavado de manos en la prevención de la infección cruzada; su trabajo es considerado el primer análisis epidemiológico. • 1961: Se efectúan las primeras recomendaciones de lavado de manos para los trabajadores de Salud por el Servicio de Salud Pública de EE.UU., indicándose que las manos del personal debían ser higienizadas con agua y jabón por 1 a 2 minutos antes y después del contacto con el paciente. • 1975 –1985: CDC y la Asociación de Profesionales de Control de Infección redactan las guías de lavado de manos hospitalario. Recomendaba el uso de soluciones antisépticas en determinadas situaciones y ante pacientes de riesgo. • 1995-6: CDC, HICPAC, SHEA, APIC en forma conjunta revisan normativas y establecen las recomendaciones de lavado de manos y los aislamientos especiales ante el surgimiento de gérmenes multiresistentes como MRSA y EVR. • 2002: Instituciones médicas europeas y estadounidenses reunidos en Comité efectúan la última revisión; (las recomendaciones de la Dirección General de Enfermeria - 2001 son similares).

Palabras clave:

2007-02-26   |   2,852 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 24 Núm.4. Octubre-Diciembre 2005 Pags. 158-163 Rev Hosp Mat Inf Ramón Sardá 2005; 24(4)