El pensar sobre la esencia de la salud o la enfermedad es propio de las ciencias clínicas, pero quienes se ocupan de las investigaciones fundamentales de la medicina habrán notado que las respuestas a este tipo de cuestiones no se han encontrado todavía. Sólo el hecho de reflexionar sobre estos temas es de por sí un avance del espíritu humano en terrenos que son extraños incluso al pensamiento médico. Todo el que interrogue a un médico sobre el logos de la salud o de la enfermedad, descubre con sorpresa que exige de su colega algo extraordinario cuando intenta sacarle del ámbito de su experiencia diaria e introducirle en el de los fenómenos metabiológicos y metafísicos. «La cabeza del médico se rompe cuando piensa sobre lo que significa sano y enfermo». La fundamentación ontológica y antropológica del quehacer médico está lejos de los representantes de una medicina extremadamente somatizada y tecnificada. Si se insiste, precisamente a los colegas más dispuestos para prestar ayuda práctica a esos que se tienen por competentes para decidir sobre sano y enfermo en los casos concretos, si se les insiste para que opinen sobre cuestiones esenciales y conceptos de valor, se aferran de modo automático a la inmensidad de los cuadros clínicos con que se encuentran a diario, y el coloreado mundo de las posibilidades casuísticas eclipsa a la orientación epistemológica, y con estas disquisiciones se ve de forma clara que la ciencia de la naturaleza, por su separación frente a la filosofía, no está en absoluto capacitada para concebir un concepto de enfermedad ni tampoco de salud. Se ve que el concepto general de salud y enfermedad que tiene el médico no se diferencia de modo esencial del que tiene el profano. A pesar de su formación, el médico, especialmente el médico especializado, vive en lo que respecta a las cuestiones básicas de la medicina en un nivel de una «visión natural del mundo», correspondiente a fases anteriores a su formación profesional, a una forma de existencia no afectada ni correspondiente con su formación.
2007-03-21 | 1,609 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 7 Núm.2. Julio-Diciembre 2006 Pags. 45-46 Rev Cienc Clín 2006; 7(2)