Crónicas del XIII congreso mundial de la WFNS. 19-24 de junio 2005. Marrakech

Autor: El Rubaidi Abdullah O

Fragmento

Tras dos horas de vuelo, divisamos Marrakech. En las colas de la aduana tardamos algo más que en el vuelo. Al salir del aeropuerto no nos llegó ningún olor a especias ni a desierto, lo único que diferenciaba aquella mística ciudad de cualquier otra era la arquitectura de sus bajos edificios de color púrpura y tenues luces amarillentas. A la salida del pequeño aeropuerto, nos esperaban los autocares para empezar la peregrinación por los hoteles. El desayuno fue generoso y la mañana se auguraba muy calurosa. Preguntamos en recepción por el palacio de congresos, junto al hotel Kempinski (sede oficial del congreso) y cogimos un taxi. Tuvimos que aprender el arte del regateo antes de montarnos. Al llegar pudimos contemplar las largas colas para la inscripción al congreso; sé de algunos colegas que tuvieron la suerte de practicar su inglés, durante más de cuatro horas, y hacer algunas amistades internacionales, durante su espera para recoger la maleta, el programa y la mano de Fátima (pequeño souvenir típico de la ciudad en forma de mano de bronce tallado para la ocasión). Otros menos pacientes optaron por tomar un zumo natural de naranja en la famosa plaza “Jemaa El Fna” y comprar de las callejuelas de la medina una babucha para refrescar los cansados pies del sol marrakechí.

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2007-03-26   |   575 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 16 Núm.5. Enero-Febrero 2005 Pags. 471 Neurocirugía 2005; 16(5)