Fragmento

La solicitud del Comité de Redacción de la Revista del Hospital Sardá para que refleje aspectos relacionados a mi actividad en el campo de la ictericia neonatal y la relación madre-hijo en Sardá me ha hecho recorrer recuerdos y vivencias que siento cada día más presentes y representan todo lo que he recibido de mi querida Maternidad Sardá. Recuerdo que una soleada mañana de principios de 1968 nos reunimos José Luis Nicolini, Miguel Larguía y yo en un rincón del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez; estábamos ansiosos, comenzábamos a diagramar por primera vez cuáles iban a ser nuestras funciones en un hermoso desafío a emprender. Éramos los únicos tres médicos residentes que junto a la Sala II dirigida por el Profesor Alfredo Larguía sería trasladada a la Maternidad Sarda. Para mí era como un sueño hecho realidad; había cursado Obstetricia en la Sardá y mi recuerdo era que sin dudas había sido mi más gratificante rotación, había conocido por primera vez a un recién nacido y su madre y por cierto me habían maravillado. En aquel momento pensé ¡qué pena!, quizás no vuelva más a este lugar; por eso, cuando años después me comunican esa posibilidad, casi creía estar soñando.

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2007-03-29   |   730 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 23 Núm.4. Octubre-Diciembre 2004 Pags. 178 Rev Hosp Mat Inf Ramón Sardá 2004; 23(4)