Autor: Celesia Cristina
Sí, oigo gritos como los de una parturienta gemidos como los de una primeriza: es la voz de Sión que pierde el aliento, que extiende las manos: “¡Ay, pobre de mí, estoy exhausta!” Jeremías 4: 31 El dolor de parto ha sido reconocido desde la antigüedad como severo y agotador; sin embargo, poco ha sido lo que se hizo para aliviarlo. Aún hoy, en muchos lugares del mundo la mujer no recibe la atención necesaria en el momento del parto, hecho que podemos comprobar analizando los índices de mortalidad. En 1929, Hagard afirmó que la posición de la mujer en cualquier civilización es un índice del avance de esa civilización, y que la posición de la mujer se mide mejor por el cuidado que le es dado en el momento del parto. La anestesiología ha crecido y se ha desarrollado en estrecha relación con la obstetricia: sólo basta con recordar que en 1847, J. Snow, “el padre de la anestesiología”, publica un artículo sobre la inhalación de éter, mientras que el 19 de enero de ese mismo año, James Simpson, empleaba éter en el parto de una joven con deformidad en su pelvis.
Palabras clave: Dolor parto analgesia.
2007-03-29 | 842 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 22 Núm.1. Enero-Marzo 2003 Pags. 22-27 Rev Hosp Mat Inf Ramón Sardá 2003; 22(1)