Autor: Chicana Nuncebay Wilder
Sin duda alguna, el agua es la sustancia más abundante en nuestro planeta y al mismo tiempo una de las más interesantes, no solamente por su importancia para la vida sino debido a sus fascinantes características físicas y químicas. De hecho, son justamente tales características las que convierten el agua en el componente esencial para el surgimiento y mantenimiento de la vida en nuestro planeta, así como en el as bajo la manga que hizo posible que la filiación planetaria del ser humano fuera terrícola y no marciano o venusino. Además, en nuestro planeta el agua juega un papel central como eficiente agente modelador: en forma de grandes masas oceánicas regula la temperatura de la Tierra; en forma de mares, ríos y lluvias erosiona los accidentes geográficos; en forma de glaciares y casquetes polares refleja la luz solar hacia el espacio, contribuyendo así a minimizar el efecto invernadero. La constante actividad de todos estos procesos hace del nuestro un mundo con una geología tan activa que hasta los enormes cráteres, producidos por el impacto de meteoritos o núcleos cometarios, sobreviven a sus efectos apenas algunos miles o millones de años. Gracias a la distancia que nos separa del Sol (150 millones de kilómetros) y a que la masa de la Tierra es lo suficientemente grande como para retener una atmósfera, podemos encontrar en ella agua en sus tres fases: sólida, líquida y gaseosa.
2007-04-18 | 14,303 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 4 Núm.12. Septiembre-Diciembre 2006 Pags. 7-17 Dol Clin Ter 2006; IV(12)