El auxiliar auditivo eléctrico surgió por la necesidad de amplificar el sonido para las personas con pérdida auditiva conductiva–pequeña, moderada o incluso pérdida auditiva neurosensorial o profunda. El simple hecho de colocar la mano detrás del pabellón auricular nos da una pequeña ganancia en la audición de 20 dB, lo que es suficiente cuando la pérdida es conductiva y mínima, pero no cuando es neurosensorial. Una pérdida conductiva implica que hay un obstáculo en la transmisión del sonido. Puede deberse a una malformación del pabellón auricular, a la atresia del conducto auditivo; a una malformación de la cadena oscicular o a una membrana timpánica opaca o perforada. Un amplificador de sonido permite que las ondas sonoras lleguen a la cóclea, a la vía auditiva y al lóbulo temporal sin problema, para ser decodificado y codificado y hacer posible construir un sistema de comunicación: el lenguaje.
2007-05-04 | 1,494 visitas | 10 valoraciones
Vol. 28 Núm.2. Marzo-Abril 2007 Pags. 51-52 Acta Pediatr Méx 2007; 28(2)