Inhibición de la apoptosis de los linfocitos como nueva forma de combatir enfermedades infecciosas graves

Autor: Coto Celia E

Fragmento

Introducción En la permanente interacción de la especie humana con los microorganismos se pueden anotar triunfos de uno u otro bando. Dicho en forma ligera, principalmente las bacterias y los virus fueron modelando el sistema inmune del hombre, en tanto éste con el uso y abuso de drogas antimicrobianas los ha forzado a modificar sus genomas. De este modo, y debido a la gran plasticidad de los genomas microbianos, las poblaciones naturales u hospitalarias se han convertido en resistentes a las drogas que antes los mataba. Existen numerosas ópticas por las que se puede ver o analizar esta batalla sin fin, ya que muchas acciones humanas, sobre todo los resultados de algunas guerras ocurrieron por la colaboración no solicitada de los microorganismos. Como todos sabemos, los dirigentes actuales especulan con el uso de las armas biológicas, por ahora como excusa o amenaza, aunque invierten ingentes cantidades de dinero en el estudio de los agentes bioterroristas como el virus Ébola. Para el control de las enfermedades infecciosas se dispone de una extensa variedad de antibióticos, antivirales, antifúngicos y un arsenal menor de drogas antiparasitarias. Dada la resistencia de los microorganismos a los compuestos en uso clínico son innumerables los trabajos de investigación y desarrollo dedicados a la búsqueda de nuevos fármacos. Se dispone también de vacunas específicas contra un gran número de virosis y enfermedades bacterianas, aunque no para todas, que se aplican regularmente en la niñez. Por último, la mejor defensa individual es la inmunidad que se logra naturalmente después de sufrir una forma leve de una enfermedad infecciosa. A pesar de la existencia de estas formas de defensa, los científicos siguen buscando nuevas estrategias para aplicar en las enfermedades graves con una mortalidad superior al 60%, para las que no se disponen de vacunas o drogas específicas. Este es el caso, por ejemplo, del shock séptico, el ántrax producido por el Bacillus anthracis, la peste originada por Yersinia pestis y la fiebre hemorrágica por virus Ébola. El shock séptico, sepsis o respuesta sistémica (SRIS), es una enfermedad grave causada por una abrumadora infección del torrente sanguíneo por parte de bacterias productoras de toxinas. El virus Ébola pertenece a una familia de virus que causa enfermedad severa en el hombre y en primates. La familia se denomina Filoviridae porque se trata de virus de forma peculiar, son largos filamentos como hilos (ver microfotografía electrónica). Fue aislado de primates africanos y en la misma familia se encuentra el virus de Marburg que causó un brote de fiebre hemorrágica en cuidadores de monos en Alemania. El virus Ébola célebre por haber sido el motivo de una novela aterrorizante, que luego fuera llevada al cine, es considerado un agente bioterrorista grado A. Los agentes considerados bajo esta denominación se dividen en A, B y C, siendo los A los más peligrosos porque son considerados como de gran riesgo para la salud de una población. Las propiedades que presenta un agente de estas características es que se diseminan fácilmente de persona a persona, preferentemente por vía aerógena, producen mortalidad alta, causan pánico generalizado y requieren, por parte de las autoridades de la salud, atención especial ya que no existen medidas efectivas para combatirlos.

Palabras clave: Linfocitos microorganismos bacterias.

2007-05-17   |   2,085 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 6 Núm.1. Mayo 2007 Pags. 9-16 Qviva 2007; 6(1)