Adolescencia y vínculos

Autor: Di Segni Obiols Silvia

Fragmento

Hace cuarenta años existía consenso en la psicología respecto de lo que se entendía por adolescente y se incluía en su definición la forma de vincularse. Se hablaba de alguien que no había superado los veintitrés años, que sufría pérdidas, elaboraba duelos y sentía grandes angustias en el proceso de estructuración de su identidad y de la obtención de su autonomía. Para lograrlo, se apoyaba, no ya en sus padres, de quienes necesitaba desvincularse, sino en un grupo de pares que actuaba como una suerte de “yo auxiliar” hasta que la etapa terminara. Mientras tanto, los adultos eran el modelo con el cual identificarse; convertirse en uno de ellos, el objetivo. Hoy la situación es muy diferente. La adolescencia se ha extendido casi indefinidamente, las pérdidas y angustias aún existen pero enmascaradas bajo un disfraz de “fiesta”, la autonomía se ha vuelto cada vez más difícil, los adultos perdimos el lugar de modelo social y caímos en el desprestigio de ser identificados con lo viejo. Además, todos los jóvenes, sea cual sea su situación socioeconómica, se ven influidos por aquella cultura adolescente que nació en los años ’50 con el rock y se consagró en los ’60. La adolescencia se diferenció en el siglo XVII como un período de moratoria destinado a la formación personal que los sectores medios urbanos otorgaban a sus hijos mientras que, actualmente, independizada de todo objetivo formativo, es un modo de vida que se desarrolla sobre todo en la noche, a contramano del mundo del estudio y del trabajo. Hoy en día, muchos jóvenes intentan, maratónicamente, participar de ambas culturas, pasando casi sin descanso del boliche a la escuela o al trabajo.

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2007-05-28   |   1,530 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 101 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2003 Pags. 427-429 Arch Argent Pediatr 2003; 101(6)