Autor: Ortíz Carlos
Los adelantos logrados en los tratamientos, incluidos los de apoyo, han dado lugar a un aumento en la supervivencia de los pacientes con cáncer, y una mayor frecuencia de las urgencias oncológicas. El tratamiento agresivo de una urgencia oncológica está indicando cuando no se ha establecido aun un diagnóstico histológico de malignidad o cuando se considera que el paciente tiene buen pronóstico si recibe un tratamiento quirúrgico, radioterapéutico o quimioterapéutico. Si existe la posibilidad de curación o de una mejoría prolongada puede estar indicando planear un tratamiento radical. Sin embargo, en tumores malignos avanzados, el objetivo primario suele ser la reducción y el alivio de los síntomas, aun cuando el paciente tenga una esperanza de vida limitada. A menudo, el reestablecimiento del estado funcional permite mejorar la calidad de vida. Si la urgencia oncológica es consecuencia directa del proceso maligno, el enfoque general consiste en tratar la neoplasia subyacente, siempre que se disponga de un tratamiento efectivo para ella. El tratamiento debe iniciarse rápidamente para evitar complicaciones e incapacidad permanente. Sin embargo, en los cánceres terminales la decisión más adecuada consiste a veces en retirar el tratamiento y controlar el dolor. En este capítulo se revisarán la fisiopatología, la presentación clínica, la valoración diagnóstica y el tratamiento de las urgencias oncológicas más frecuentes.
Palabras clave: Urgencia oncológica derrame pericárdico neoplásico taponamiento cardíaco neoplásico.
2007-05-31 | 2,972 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 43 Núm.1. Enero-Marzo 2002 Pags. Univ Méd Bogotá Colombia 2002; 43(1)