Fragmento

En algún momento de la práctica médica es posible que el pediatra se enfrente al paciente cuya muerte es inevitable. Cuando esto ocurre en un niño, la situación es particularmente difícil de aceptar y no es raro que el médico opte por lo que se ha llamado obstinación terapéutica o distanasia, recurriendo a un exceso de medidas en el tratamiento, que lejos de contribuir a aliviar el sufrimiento del paciente, deterioran su calidad de vida, y en ocasiones sólo prolongan la agonía e incrementan el dolor. La Oncología Pediátrica constituye un terreno muy propicio para que se dé el exceso terapéutico y las razones son fáciles de entender. El solo hecho de saber que un niño tiene cáncer toca los sentimientos de cualquier ser humano. La falla en el tratamiento de un niño con cáncer tendrá como consecuencia obvia la muerte, y la frustración que esto llega a generar en el personal de salud no siempre es fácil de manejar. En ocasiones influye también la presión de los padres, quienes pueden requerir más tiempo para aceptar que el niño no tiene una posibilidad realista de curación; sin embargo, el reconocimiento temprano, tanto por el médico como por los padres, permitirá una mejor integración del manejo al final de la vida y menor sufrimiento del niño.

Palabras clave: Obstinación terapéutica distanasia oncología pediátrica tratamiento.

2007-06-04   |   2,182 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 63 Núm.5. Septiembre-Octubre 2006 Pags. 287-298 Bol Med Hosp Infant Mex 2006; 63(5)