El proyecto via cruxis

Autor: Morillo Aníbal J

Fragmento

A los ojos del radiólogo, todos somos iguales. Atenuamos los haces de rayos X en forma similar, pues estamos hechos de las mismas cuatro densidades básicas; todos reflejamos las ondas de sonido —o las de radio— de igual manera. Esta visión, aparentemente amplia, puede ser también muy limitada a la hora de ver a nuestros pacientes en forma global. Como le sucede a otros especialistas, a veces los radiólogos nos olvidamos de que examinamos personas, no órganos aislados, vísceras ni extremidades. Por eso, es posible que hagamos referencia a nuestros pacientes según la “parte” de ellos que más nos haya impactado, ya sea desde el punto de vista clínico o de diagnóstico por imagen: Dejan de llamarse Pedro, Juan o María, para conocerlos como el hígado graso, el melanoma o la fractura. Sus nombres y apellidos pueden ser tan complejos como los de gran alcurnia: el viejito de la cuatrocientos ocho y el carcinoma T3B, o adquirir dimensiones místicas o mitológicas, como El Señor de los Abscesos y La Señora del Pie Caído. Como un homenaje a esos pacientes anónimos, presento aquí algunas de sus partes, realzadas artificialmente, para recordarnos que su belleza no radica solamente en su colorido, sino en el hecho de que se trata de personas, que responden al nombre de, tienen señales particulares y sufrimientos reales.

Palabras clave: Radiólogo Rayos X diagnóstico por imagen.

2007-06-05   |   683 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 41 Núm.4. Octubre-Diciembre 2000 Pags. Univ Méd Bogotá Colombia 2000; 41(4)